martes, 9 de noviembre de 2010

SERIE DE PSICOLOGIA II: HACIA LA VIDA.


¿BEBEDOR SOCIAL? REVISELO DE NUEVO
Por Richard Castro

Mencionar el consumo de alcohol podría parecer hasta risible, ya que es tan común que pasa desapercibido ante lo cotidiano. Esto se debe a que en la mayoría de las culturas el alcohol es el principal y más usado depresor del sistema nervioso central por lo cual, es el responsable de varios tipos de enfermedades como las del hígado y por supuesto, puede llevar a la muerte.

Como dato, cerca del 90% de personas adultas entre hombres y mujeres ha tenido alguna experiencia relacionada al consumo de alcohol, en todos los órdenes, así sea las llamadas  “resacas”, conducir ebrios, bajas laborales, conflictos en las familias, etc. Sin embargo, mas allá de esto, las secuelas que deja en la vida de la personas este tipo de conducta pueden ser significativamente negativas, ya que además de la evidente afectación al organismo, también afecta a la conducta de múltiples maneras.

En este caso, la persona puede desarrollar sin percibirlo una obsesión-compulsiva hacia el consumo del alcohol, lo cual genera una dependencia progresiva tanto en lo orgánico como en lo conductual, ya que el tiempo que dedica a esta actividad, además de que aumenta los grados de la sustancia, puede continuar tomando a pesar de tener consecuencias físicas y psicológicas significativas como depresión, perdida gradual de la memoria así como enfermedades hepáticas.  

Al  igual que con otras sustancias, la dependencia fisiológica al alcohol conlleva: tolerancia, cuando el organismo tolera el contenido de la misma y para sentir los mismos efectos necesita mayor cantidad o en su defecto, otra bebida de carácter mas fuerte, y la abstinencia, cuando la persona, a pesar de haber reducido o abandonado el consumo, siente los efectos como si lo consumiera.  Dentro de estos están  las alteraciones del sueño, hiperactividad, sudoración involuntaria, nauseas o vómitos, alucinaciones de tipo visual, táctil, auditivas o ilusiones, ansiedad y crisis epilépticas, lo cual podría perdurar durante meses según el tiempo que se haya consumido.

En estos casos al verse afectado el control sobre la voluntad, la persona adicta al consumo de alcohol debe elegir: o toma consciencia o toma alcohol. Reconocer que es momento adecuado para recibir ayuda psicológica tanto en terapia individual como en grupos de apoyo. Saber  que la gratificación que da el consumo de alcohol, es solo momentánea, los efectos vienen después. No deje para luego tomar las riendas de su felicidad al desplazarla en una botella. Insisto: ¿Es usted un bebedor social? La decisión es suya.


El autor es Psicólogo Clínico

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Oración al Sagrado Corazón de Jesús

Oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad (rezar por tres días). Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; b...