miércoles, 19 de diciembre de 2012

Los Rosarios de la Aurora (Jubileos)



El Rosario de la Aurora se inició en Valencia el primer domingo de octubre del año 1886. Fueron los fundadores: don Vicente Ballester, pintor decorador, y don Gregorio Gea, fundador, también, del Patronato de la Juventud Obrera, y fue su primer Director el Ilmo. Sr. D. Ramón Peris Mencheta. Salió el primer rosario del templo de Nuestra Señora de los Desamparados, a las cinco de la madrugada, utilizando para ello una imagen prestada por el Marqués de Dos Aguas. En los primeros tiempos figuraban quince estandartes representando los quince misterios del Rosario.
Esta hermosa práctica se ha extendido a todo el mundo, llegando también a la República Dominicana, de manera especial a nuestro municipio de Esperanza. Cuando llegan las patronales, el pueblo espera con devoción estos rosarios para manifestar su fe en la Virgen que nos dice: “Hagan lo que él les diga”. María nos enseña el seguimiento recto y correcto de su Hijo Jesús.
Hace unos años el pueblo a acuñado el término de Jubileos para referirse a estos rosarios. Con ello recuerdan la famosa canción del grupo Extracto que nos invita a cantar, rezar y bailar. Porque los rosarios de la aurora son un espacio para orar, cantar y aprender de una virtud, elegida para cada día, teniendo como norte a María.
Algunas personas han criticado los rosarios, porque algunos jóvenes, con falta de conocimientos, lo aprovechan para hacer desorden, que nada tiene que ver con la devoción, y imploran que sean suspendidos. A ellos les recuerdo esta parábola: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero».
Por tal razón, concluyo que si acabamos con esta devoción, que pasará con la gente que lo hace por verdadera fe. Al final del rosario se hace la división de la parábola: la cizaña se va al parque y el trigo sigue hacia a la Iglesia, aunque he visto como muchos jóvenes han pasado de cizaña a trigo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cuarta Parte del Tema ¿Por qué confesarse?


 
Algunos pretextos para no confesarse
1. ¿Quién es el cura para perdonar los pecados…? Sólo Dios puede perdonarlos.

Hemos visto que el Señor dio ese poder a los Apóstoles. Además, permíteme decirte que ese argumento lo he leído antes… precisamente en el Evangelio… Es lo que decían los fariseos indignados cuando Jesús perdonaba los pecados… (puedes mirar Mt 9,1-8).

2. Yo me confieso directamente con Dios, sin intermediarios.

Genial. Me parece bárbaro… pero hay algunos “peros”…
Pero… ¿cómo sabes que Dios acepta tu arrepentimiento y te perdona? ¿Escuchas alguna voz celestial que te lo confirma?
Pero… ¿cómo sabes que estás en condiciones de ser perdonado? Te darás cuenta que no es tan fácil… Una persona que robara un banco y no quisiera devolver el dinero… por más que se confesara directamente con Dios… o con un cura… si no quisiera reparar el daño hecho -en este caso, devolver el dinero-, no puede ser perdonada… porque ella misma no quiere "deshacerse" del pecado.

Este argumento no es nuevo… Hace casi mil seiscientos años, San Agustín replicaba a quien argumentaba como vos: "Nadie piense: yo obro privadamente, de cara a Dios… ¿Es que sin motivo el Señor dijo: «lo que atareis en la tierra, será atado en el cielo»?.¿Acaso les fueron dadas a la Iglesia las llaves del Reino de los cielos sin necesidad? Frustramos el Evangelio de Dios, hacemos inútil la palabra de Cristo."

3. ¿Porque le voy a decir los pecados a un hombre como yo?

Porque ese hombre no un hombre cualquiera: tiene el poder especial para perdonar los pecados (el sacramento del orden). Esa es la razón por la que vas a él.

4. ¿Porque le voy a decir mis pecados a un hombre que es tan pecador como yo?

El problema no radica en la «cantidad» de pecados: si es menos, igual o más pecador que vos…. No vas a confesarte porque sea santo e inmaculado, sino porque te puede dar al absolución, poder que tiene por el sacramento del orden, y no por su bondad. Es una suerte -en realidad una disposición de la sabiduría divina- que el poder de perdonar los pecados no dependa de la calidad personal del sacerdote, cosa que sería terrible ya que uno nunca sabría quién sería suficientemente santo como para perdonar… Además, el hecho de que sea un hombre y que como tal tenga pecados, facilita la confesión: precisamente porque sabe en carne propia lo que es ser débil, te puede entender mejor.

5. Me da vergüenza…

Es lógico, pero hay que superarla. Hay un hecho comprobado universalmente: cuanto más te cueste decir algo, tanto mayor será la paz interior que consigas después de decirlo. Además te cuesta, precisamente porque te confiesas poco…, en cuanto lo hagas con frecuencia, verás como superarás esa vergüenza.

Además, no creas que eres tan original…. Lo que vas a decir, el cura ya lo escuchó trescientas mil veces… A esta altura de la historia… no creo que puedas inventar pecados nuevos…

Por último, no te olvides de lo que nos enseñó un gran santo: el diablo quita la vergüenza para pecar… y la devuelve aumentada para pedir perdón… No caigas en su trampa.

6. Siempre me confieso de lo mismo…

Eso no es problema. Hay que confesar los pecados que uno ha cometido… y es bastante lógico que nuestros defectos sean siempre más o menos los mismos… Sería terrible ir cambiando constantemente de defectos… Además cuando te bañas o lavas la ropa, no esperas que aparezcan machas nuevas, que nunca antes habías tenido; la suciedad es más o menos siempre del mismo tipo… Para querer estar limpio basta querer remover la mugre… independientemente de cuán original u ordinaria sea.

7. Siempre confieso los mismos pecados…

No es verdad que sean siempre los mismos pecados: son pecados diferentes, aunque sean de la misma especie… Si yo insulto a mi madre diez veces… no es el mismo insulto… cada vez es uno distinto… No es lo mismo matar una persona que diez… si maté diez no es el mismo pecado… son diez asesinatos distintos. Los pecados anteriores ya me han sido perdonados, ahora necesito el perdón de los "nuevos", es decir los cometidos desde la última confesión.
8. Confesarme no sirve de nada, sigo cometiendo los pecados que confieso…

El desánimo, puede hacer que pienses: "es lo mismo si me confieso o no, total, nada cambia, todo sigue igual". No es verdad. El hecho de que uno se ensucie, no hace concluir que es inútil bañarse. Uno que se baña todos los días… se ensucia igual… Pero gracias a que se baña, no va acumulando mugre… y está bastante limpio. Lo mismo pasa con la confesión. Si hay lucha, aunque uno caiga, el hecho de ir sacándose de encima los pecados… hace que sea mejor. Es mejor pedir perdón, que no pedirlo. Pedirlo nos hace mejores.

9. Sé que voy a volver a pecar… lo que muestra que no estoy arrepentido

Depende… Lo único que Dios me pide es que esté arrepentido del pecado cometido y que ahora, en este momento quiera luchar por no volver a cometerlo. Nadie pide que empeñemos el futuro que ignoramos… ¿Qué va a pasar en quince días? No lo sé… Se me pide que tenga la decisión sincera, de verdad, ahora, de rechazar el pecado. El futuro déjalo en las manos de Dios…

10. Y si el cura piensa mal de mi…

El sacerdote está para perdonar… Si pensara mal, sería un problema suyo del que tendría que confesarse. De hecho siempre piensa bien: valora tu fe (sabe que si estás ahí contando tus pecados, no es por él… sino porque vos crees que representa a Dios), tu sinceridad, tus ganas de mejorar, etc. Supongo que te darás cuenta de que sentarse a escuchar pecados, gratis -sin ganar un peso-, durante horas, … si no se hace por amor a las almas… no se hace. De ahí que, si te dedica tiempo, te escucha con atención… es porque quiere ayudarte y le importas… aunque no te conozca te valora lo suficiente como para querer ayudarte a ir al cielo.

11. Y si el cura después le cuenta a alguien mis pecados…

No te preocupes por eso. La Iglesia cuida tanto este asunto que aplica la pena más grande que existe en el Derecho Canónico -la ex-comunión- al sacerdote que dijese algo que conoce por la confesión. De hecho hay mártires por el sigilo sacramental: sacerdotes que han muerto por no revelar el contenido de la confesión.

12. Me da pereza…

Puede ser toda la verdad que quieras, pero no creo que sea un obstáculo verdadero ya que es bastante fácil de superar… Es como si uno dijese que hace un año que no se baña porque le da pereza…

13. No tengo tiempo…

No creo que te creas que en los últimos ___ meses… no hayas tenidos los diez minutos que te puede llevar una confesión… ¿Te animas a comparar cuántas horas de TV has visto en ese tiempo… (multiplica el número de horas diarias que ves por el número de días…)?

14. No encuentro un cura…

No es una raza en extinción, hay varios miles. Toma la guía de teléfono (o llama a información). Busca el teléfono de tu parroquia. Si ignoras el nombre, busca por el obispado, ahí te dirán… Así podrás saber en tres minutos el nombre de un cura con el que te puedes confesar… e incluso pedirle una hora… para no tener que esperar.

martes, 4 de diciembre de 2012

Recuerda y serás feliz


Si te has levantado de la cama esta mañana… recuerda cuántos no pueden.  Un millón de personas no va a sobrevivir esta semana…
Si nunca has experimentado el peligro de una batalla, la soledad del encarcelamiento, la agonía de la tortura, o la angustia del hambre… recuerda a 500 millones de tus hermanos que lo sufren en este momento.
Si tienes alimentos en la nevera, ropa para ponerte, un techo sobre tu cabeza, y un lugar donde dormir… recuerda que eres mas rico que el 75% de tus hermanos.
Si tienes dinero en el banco, en tu cartera, y cambio en algún lugar de tu casa… estás en el tope del 8% de los ricos del mundo.
Si tus padres siguen casados… esto es algo extraordinario en cualquier parte del mundo.
Si te olvidas de ti mismo y vives para Dios y para tus hermanos, si te acercas a ellos para compartir tus riquezas espirituales y materiales, has encontrado la felicidad más grande. 
Si puedes leer este mensaje, eres dichoso pues tienes vista. Comparte tu dicha. Alaba a Dios y sé agradecido.
Ten un buen día, cuenta tus bendiciones, y compártelas. Comparte también este mensaje.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Tercera Parte del Tema ¿Por qué confesarse?


 
Otros motivos que hacen muy conveniente la confesión
a) Necesitamos paz interior. El reconocimiento de nuestras culpas es el primer paso para recuperar la paz interior. Negar la culpa no la elimina: sólo la esconde, haciendo más penosa la angustia. Sólo quien reconoce su culpa está en condiciones de liberarse de ella.

b) Necesitamos aclararnos a nosotros mismos. La confesión nos "obliga" a hacer un examen profundo de nuestra conciencia. Saber qué hay «adentro», qué nos pasa, qué hemos hecho, cómo vamos… De esta manera la confesión ayuda a conocerse y entenderse a uno mismo.

c) Todos necesitamos que nos escuchen. ¿En qué consiste el primer paso de la terapia de los psiquiatras y psicólogos sino en hacer hablar al "paciente"? Y te cobran para escucharte… y al "paciente" le hace muy bien. Estas dos profesiones han descubierto en el siglo XX algo que la Iglesia descubrió hace muchos siglos (en realidad se lo enseñó Dios). El decir lo que nos pasa, es una primera liberación.

d) Necesitamos una protección contra el auto-engaño. Es fácil engañarse a uno mismo, pensando que eso malo que hicimos, en realidad no está tan mal; o justificándolo llegando a la conclusión de que es bueno, etc. Cuando tenemos que contar los hechos a otra persona, sin excusas, con sinceridad, se nos caen todas las caretas… y nos encontramos con nosotros mismos, con la realidad que somos.

e) Todos necesitamos perspectiva. Una de las cosas más difíciles de esta vida es conocerse uno mismo. Cuando "salimos" de nosotros por la sinceridad, ganamos la perspectiva necesaria para juzgarnos con equidad.

f) Necesitamos objetividad. Y nadie es buen juez en causa propia. Por eso los sacerdotes pueden perdonar los pecados a todas las personas del mundo… menos a una: la única persona a la que un sacerdote no puede perdonar los pecados es él mismo: siempre tiene que acudir a otros sacerdote para confesarse. Dios es sabio y no podía privar a los sacerdotes de este gran medio de santificación.

g) Necesitamos saber si estamos en condiciones de ser perdonados: si tenemos las disposiciones necesarias para el perdón o no. De otra manera correríamos un peligro enorme: pensar que estamos perdonados cuando ni siquiera podemos estarlo.

h) Necesitamos saber que hemos sido perdonados. Una cosa es pedir perdón y otra distinta ser perdonado. Necesitamos una confirmación exterior, sensible, de que Dios ha aceptado nuestro arrepentimiento. Esto sucede en la confesión: cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento recibe la eficacia de Cristo.

i) Tenemos derecho a que nos escuchen. La confesión personal más que una obligación es un derecho: en la Iglesia tenemos derecho a la atención personal, a que nos atiendan uno a uno, y podamos abrir el corazón, contar nuestros problemas y pecados.

j) Hay momentos en que necesitamos que nos animen y fortalezcan. Todos pasamos por momentos de pesimismo, desánimo… y necesitamos que se nos escuche y anime. Encerrarse en sí mismo solo empeora las cosas…

k) Necesitamos recibir consejo. Mediante la confesión recibimos dirección espiritual. Para luchar por mejorar en las cosas de las que nos confesamos, necesitamos que nos ayuden.

l) Necesitamos que nos aclaren dudas, conocer la gravedad de ciertos pecados, en fin… mediante la confesión recibimos formación.

Oración al Sagrado Corazón de Jesús

Oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad (rezar por tres días). Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; b...