Oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad (rezar por tres días).
Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:
(Se ora en silencio pidiendo el favor)
¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?
A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.
Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.
Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.
Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.
Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.
Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén. Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre. Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).
PADRENUESTRO LA VIDA CONSAGRADA, PRESENCIA DEL AMOR DE DIOS
Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2019 2 de febrero 2019
En el año 1999 san Juan Pablo II propuso a la Iglesia un año dedicado al Padre con el fin de preparar a toda la Iglesia a la acogida del nuevo milenio. Han pasado veinte años y los obispos españoles desean recordar que la vida consagrada es presencia del amor de Dios. Cada consagrado, con su vida y testimonio, nos anuncia que Dios es Padre, es un Dios que ama con entrañas de misericordia.
Su Hijo Jesús nos enseñó una oración, el padrenuestro, que expresa la relación que Dios tiene con cada uno de nosotros, sus hijos y sus consagrados.
Padre nuestro que estás en el cielo
Configurado con el Hijo, el consagrado vive, unido a Cristo, su relación filial con Dios Padre, a quien no duda de llamar confiadamente todos los días: Abba, papá.
El consagrado vive, aquí en la tierra, su relación fraternal con el Hijo y, junto con Él, mira al cielo, pues sabe que allí tiene un Padre que le espera con anhelo para unir su vida divina con la suya, humana, en un abrazo eterno.
Santificado sea tu nombre
La experiencia de amor filial mueve al consagrado a dejar a Dios ser Padre de su vida y, con su abandono, testimoniar el nombre de Dios: amor.
No un amor de superhombre, sino un amor divino que, superando toda comprensión humana, ha asumido nuestro modo de expresar el amor. De este modo, el consagrado es consciente de que, a través de su caridad, expresa de modo humano el amor divino, nombre de Dios Padre.
Venga a nosotros tu Reino
Empapado por el amor divino que recibe del Padre y también de su místico Esposo, el consagrado desea que su experiencia de amor pueda ser compartida por todos. De este modo, es transformado en puente entre el hombre y Dios para que el amor reine también en este mundo.
Junto con el Hijo, el consagrado ruega al Padre para que ningún hombre se pierda, sino que todos puedan vivir la experiencia de un amor paterno. Y, con el Esposo, no deja de ser buen samaritano, que acerca a todo hombre al amor de Dios, indistintamente de sus heridas materiales o espirituales.
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo
La experiencia del amor del Padre a lo largo de sus años de consagración transforma el compromiso del consagrado de obedecer a Dios en un deseo de agradar, como el Hijo, al Padre. A la vez, el ejemplo del Esposo: «no se haga mi voluntad sino la tuya», se convierte en criterio y oración: «más que prometerte obediencia te pido, Padre, que realices tu amorosa voluntad sobre mi vida».
Escuchando también del Esposo, cuyo Reino no es de este mundo, el consagrado anhela y enseña la belleza del cielo, en donde todo estará impregnado por la plenitud de su amorosa y divina voluntad.
Danos hoy nuestro pan de cada día
¡Cuántas veces el consagrado ha escuchado el consejo del Hijo: «Pedid y se os dará»! Así, la persona consagrada se convierte en un hombre o una mujer de petición. Ha aprendido de Cristo a ser un hijo, o una hija, confiado en la acción paternal de Dios, incluso en sus aspectos materiales.
El consagrado sabe que todas sus peticiones son escuchadas por el corazón del Padre; sabe que el Padre conoce todas sus necesidades antes de que se lo pida; sabe que Él, como Padre, no siempre nos concederá lo que le pedimos porque siempre piensa en lo mejor para cada uno de nosotros, aunque no se lo pidamos.
Por ello, el consagrado entiende cuando aparentemente Dios no escucha sus peticiones. En esos momentos, él sabe que el silencio divino es también expresión de un amor paterno, mayor del que nosotros mismos podemos imaginar. Y este amor paterno y divino lo enseña a los demás.
Y, sobre todo, la persona consagrada necesita el pan eucarístico, que lo va alimentando y transformando a imagen de su Señor.
Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
Con emoción, el consagrado aprende de las enseñanzas del Hijo la misericordia del Padre. Sabe que el corazón divino se conmueve cuando cumplimos los mandamientos, como el joven rico; y sabe también que, como hijo pequeño, es acogido con sus errores y debilidades.
A la vez, como hijo escogido, el consagrado se ha dejado modelar por los consejos y actitudes del Esposo, que nos ayuda a reconocer los propios pecados antes de tirar la primera piedra, a disculpar al pecador porque no siempre sabe lo que hace, a tomar conciencia de que todo lo que es del Padre, también su misericordia, es don tanto para él como para los demás.
No nos dejes caer en la tentación
El divino amor misericordioso no es solamente reparador de nuestro posible mal actuar. Su misericordia se expresa aún más en su acción providente que ayuda a evitar el pecado.
La vida de su Hijo, Esposo del consagrado, le enseña a superar la tentación fortalecido por la confianza en el Padre, cuya palabra le alimenta y a quien únicamente desea adorar.
Igualmente, el consagrado, como los agricultores de la parábola de la cizaña sembrada por el maligno, no reprocha el desorden de sus hermanos, sino que les ayuda a que den más fruto, confiado en que el Padre, Dueño del campo, a su tiempo retirará la mala hierba.
Y líbranos del mal
La experiencia con el divino Amor no solamente lleva a desterrar las acciones pecaminosas del propio actuar. El consagrado anhela y desea cada día crecer en el bien. Por ello, confiado, se deja en las manos del Padre, para que, como buen alfarero, rompa en él lo que sea necesario para que cada día manifieste mejor la imagen profética del Amor del Padre y del Hijo en el Espíritu.
A su vez, el consagrado, unido al Alfarero, no deja de impulsar en todos los fieles la vocación al amor y a la santidad, los acompaña en los momentos de purificación, les enseña a descubrir la mano del Señor en esos momentos, y les ayuda a convertir el sufrimiento humano en cruz redentora.
Mujer, ahí tienes a tu hijo
Junto con el Padre, el Hijo nos ha mostrado una madre, la suya, como mujer del padrenuestro. Su oración del fiat es un anticipo de la oración que nos enseñó Cristo y con la que el consagrado pide todos los días al Padre que se cumpla su voluntad sobre él.
Con su visita a Isabel, la Virgen Madre se convierte en expresión humana del amor divino. Con su consejo de hacer lo que Él nos diga, enseña a pedir al Padre con confianza. Dando vueltas en su interior a las palabras del Niño, invita a esperar la hora oportuna de Dios. Al pie de la cruz, ayuda a superar los frecuentes momentos de dificultad de la vida. Y su presencia en Pentecostés nos recuerda que el cielo es la meta de todo hijo del Padre.
La Jornada de la Vida Consagrada, que celebramos anualmente cada 2 de febrero, sea este año un acto de especial agradecimiento al Padre nuestro. Pero también a cada consagrado y consagrada, que con su vida es presencia del amor de Dios.
✠ Jesús E. Catalá Ibáñez
Obispo de Málaga
Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada
✠ Card. Aquilino Bocos Merino, CMF
✠ Joaquín Mª López de Andújar y Cánovas del Castillo
Fue un día hoy, 25 de julio, pero de 1968, cuando el Papa
Pablo VI hizo pública su encíclica Humanae
Vitae sobre la regulación de la natalidad.
Humanae Vitae es un escrito profético y como tal despertó
una gran controversia y contradicción vigente todavía hoy, puesto que presenta
con claridad meridiana la posición de la Iglesia en torno a la licitud de los
medios artificiales de control de la natalidad.
La encíclica de Pablo VI ha sido objeto de amplísimos y
profundos análisis, a casi medio siglo de su publicación constituye un
documento de consulta obligada para todo católico llamado a poner su accionar
en coherencia con las enseñanzas del magisterio de la Iglesia en torno a temas
tan sensibles como la transmisión de la
vida y el control de la natalidad.
Humanae Vitae está compuesta de tres partes:
en la primera parte I. Nuevos aspectos del problema y competencia del magisterio,
Pablo VI pone en contexto lo que él llama “un nuevo estado de cosas” palpables
en el rápido crecimiento demográfico, disponibilidad de alimentos, condiciones
de trabajo, vivienda, personalidad de la mujer y su rol en la sociedad, así
como los progresos del hombre en el dominio y organización racional de las
fuerzas de la naturaleza. Concluyendo esa primera parte recordando la competencia del Magisterio de
la Iglesia para interpretar la ley moral natural en procura de
responder las graves cuestiones que el nuevo estado de cosas representa para la
Iglesia.
En la segunda parte II. Principios doctrinales, se
desarrolla el tema del amor conyugal (humano, total, fecundo, fiel y exclusivo
hasta la muerte), la paternidad responsable, el respeto a la naturaleza y
finalidad del acto matrimonial, la inseparable conexión entre el significado
unitivo y procreador del acto conyugal, fidelidad al plan de Dios, vías
ilícitas para la regulación de los nacimientos, licitud de los medios
terapéuticos, licitud del recurso a los periodos infecundos, graves
consecuencias de los métodos de regulación artificial de la natalidad
concluyendo con el reconocimiento de la Iglesia como garante de los auténticos
valores humanos.
La tercera parte, III. Directivas pastorales, presenta
a la Iglesia, como “Madre y Maestra” confortando “en el
camino de una honesta regulación de la natalidad, aun en medio de las difíciles
condiciones que hoy afligen a las familias y a los pueblos”. Luego
continúa con un llamamiento al dominio de sí mismo y creación de un ambiente
favorable a la castidad, así como recomendaciones específicas a las autoridades
públicas, a los hombres de ciencia, a los esposos cristianos, a los médicos y
al personal sanitario, alos sacerdotes y
los Obispos.
En este 49 aniversario de la publicación de Humanae Vitae,
como católicos, estamos llamados a reflexionar sobre nuestro accionar ético y
moral de cara a los grandes desafíos que el “nuevo estado de cosas” presenta a
los matrimonios y familias cristianas. Que Dios, en su infinita misericordia,
nos otorgue la gracia de mantenernos firmes en el cumplimiento de sus mandatos.
Dios les bendiga!
En un mismo campo crece el trigo y la cizaña. La cizaña puede ahogar y lastimar al trigo, por lo que lo mas recomendable sería quitarla, arrancarla de raiz en todo el campo para que el trigo crezca sin ninguna dificultad.
Esto sería lo mas lógico de hacer, pero ¿qué es lo que Jesús nos dice al respecto? ¿Por qué si lo que se siembra es semilla de trigo, crece también la cizaña? ¿Por qué crecen juntos? ¿Debemos arrancar la cizaña? Entendamos la enseñanza de Jesus.
24Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
25Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
26Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña.
27Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?”
28El les dijo: “Un enemigo ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?”
29Pero él dijo: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30″Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.'” Mateo 13:24-30
La semilla buena, la de trigo es sembrada por Dios. Pero sabemos también que en este mundo el enemigo viene a robar, matar y destruir. El viene, y siembra cizaña junto al trigo, porque su propósito es destruir la obra que el sembrador, El Señor, quiere hacer.
El trigo aunque con dificultad puede seguir creciendo y madurando junto a la cizaña que trata de ahogarlo, es importante que la cizaña no se remueva. Porque como dice Jesús, al recoger la cizaña se corre el riesgo de arrancar también el trigo. Pudiera ser un trigo que todavía no madura bien y esta muy pegado a la cizaña. A simple vista los dos parecen igual, no hay mucha diferencia en la apariencia. Hay que esperar para ver el fruto.
Jesús nos advierte que esto sí sucede: en el mismo campo, junto a la semilla buena, el trigo, también crecerá la cizaña. Estos se reconocen por el fruto que producen, uno es dulce y el otro es amargo. Debemos dejar que crezcan juntos, y será al final de los tiempos que estos serán separados: la cizaña será atada en manojos para ser quemada y el trigo será llevado al granero del Señor.
Dios es todopoderoso, y lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Él es a quien la naturaleza obedece, y con una sola Palabra, Jesús puede convertir la misma cizaña en trigo para la honra y gloria de su nombre.
Permitamos que el trigo y la cizaña crezcan juntos, tal como Dios lo ha dispuesto. No nos aceleremos queriendo separar y sacar la cizaña, porque Dios y sus ángeles lo harán al final de los tiempos.
A nosotros solamente nos corresponde sembrar la semilla y regarla con oración, y es Dios Padre quién dará el crecimiento en su tiempo.
Dios
es amor. Si queremos de verdad a los demás, Jesús vivirá dentro de nosotros,
pero siempre tenemos el peligro de querernos más a nosotros mismos y a nuestros
caprichos que a los demás. Cuando pasa eso, Jesús no puede vivir del todo a
gusto en nuestro corazón. Si le echásemos del todo, estaríamos como muertos. Lo
normal es que sólo le echemos un poquito: entonces Jesús está incómodo en
nosotros, y nosotros estamos enfermos, pachuchos.
Cuaresma
significa 40 días. Es un tiempo que dura hasta la Semana Santa y en el que
intentaremos vivir varias cosas:
·Conocer a Jesús más a fondo y
conocer su mensaje que él nos invita a vivir.
·Conocernos a nosotros mismos más a
fondo y descubrir por qué estamos marchitos, cuál es nuestra “enfermedad” de
corazón.
·Conocer el remedio para ponerlo en
práctica, de modo que Jesús esté cómodo en nosotros y nosotros seamos felices
para hacer felices a los demás.
Hoy, miércoles de Ceniza nos reunimos para celebrar todos juntos el
comienzo de estos 40 días mediante el símbolo de la ceniza.
3. Peticiones de perdón
Vamos a hacer juntos algo que los cristianos han hecho siempre desde
hace muchos siglos: pedir perdón a Dios. Es verdad que podemos pedir perdón a
Dios a solas en cualquier momento, pero esta mañana es especial, porque lo
hacemos juntos, de una manera solemne y oficial, como hermanos que se reúnen junto
al Padre. Jesús está de un modo también especial con nosotros y nos perdona si
de corazón le pedimos perdón. (Canto
de perdón o antífona después de cada petición).
·Porque nos hemos portado mal en
casa.
·Porque hemos peleado entre
nosotros.
·Porque hemos sido perezosos a la
hora de estudiar o de ayudar a los demás.
·Porque a veces no decimos la
verdad temiendo quedar mal.
·Porque a veces dejamos de hacer el
bien que podríamos perfectamente hacer.
(Si alguno quiere pedir
perdón en voz alta lo puede hacer)
4. Imposición de la Ceniza
Se acerca desde detrás el recipiente de la ceniza mientras se lee:
Cuando
quemamos algo ¿qué queda? CENIZA.
Las
cenizas son nuestros egoísmos y enfermedades: peleas, mentiras, pereza en el
estudio, falta de cariño y respeto nuestros padres...
La
ceniza significa que todo lo anterior lo hemos quemado y que queremos que nazca
en nosotros algo nuevo: la paz, la amistad, la solidaridad, el amor, la
dulzura, la comprensión...
Bendición
de la ceniza y de los niños
Laico:
Vamos a quedarnos unos momentos en silencio para rezar pidiéndole a Dios,
nuestro Padre, que nos mire con cariño a todos los aquí reunidos y bendiga con
su amor esta ceniza que vamos a imponer en nuestra frente como signo de nuestro
deseo de cambiar y dejar nuestras actitudes cómodas y egoístas. (Breves momentos de
silencio)
Padre
nuestro, cuando somos sinceros reconocemos sencillamente nuestros defectos sin
intentar disimularlos, tú nos miras con cariño de Padre. Míranos aquí reunidos
y bendícenos a todos para que este símbolo de la ceniza no se quede sólo en un
juego, sino que sea verdadero símbolo del esfuerzo que queremos hacer esta
Cuaresma par conocer más a Jesús, a nosotros mismos y llegar a ser como tú
quieres que seamos.
Canto: Si me levantaré
(Imposición de la ceniza)
Terminamos nuestra oración
con las palabras que Cristo nos ensenó.
5. Bendición.
El
Señor nos bendiga, nos guarde de toda mal y nos lleve a la vida eterna.
OBJETIVO: Los Jóvenes
de dominicanos promueven y defienden la vida (desde la concepción hasta la muerte),
a través de la oración y de diversas actividades para comprometerse con la
comunidad y dar así, testimonio de amor al prójimo.
JUSTIFICACIÓN:
Es
notoria la falta de participación de los jóvenes en la defensa de la vida
y el alto porcentaje de jóvenes que se suicidan es alarmante.
Cuentan
con muy poco modelos actuales para vivir cuidando su propia vida y la de
los demás.
El
rosario por la vida y el ejemplo de Maria Joven puede ser hoy un paradigma
ante los problemas actuales de los jóvenes.
María
es modelo sólido para imitar y tambiénpara sentirse solidarios con los màs necesitados.
Es
oportunidad para participar en y con la comunidad.
La
virgen María es modelo de protección a la vida naciente y de servicio a
los más necesitados.
Promover
los valores de la vida humana y manifestar el valor de la vida ante los
abortistas.
NOTA:Se sugiere realizar este subsidio en dos
momentos. 1. Será un rosario por la vida humana, por medio de los misterios de
gozo, y en cadena para involucrar a muchos jovenes (cinco mil jovenes a favor
de la vida) y 2. una manifestación parroquial a favor de la vida humana. (cabe
mencionar que la parte de la difusión se hara también por las redes sociales,
puesto que aquellos que quieran podrán compartir sus fotos, como lo indicamos
más adelante)
PRIMER MOMENTO
REZANDO POR LA VIDA
(5000
jóvenes x la vida) DURANTE EL MES.
Requerimientos:
Rosario,
guía para rezar el Rosario y Biblia. (se entrega un lote de rosarios y guias a
cada parroquia)
Nota:
la propuesta es que se realice una cadena de oración con el mayor número de
jóvenes iniciando en la parroquia o rectoría. El equipo juvenil de la comunidad
convoca a los jóvenes (ya sea de los diversos grupos juveniles parroquiales o a
todos en general) para dar las instrucciones y entregar un rosario a cada joven
para que inicien la cadena de oracion por la vida. La cadena deberá realizarse
durante todo el mes de mayo, por lo tanto cada comunidad organiza cómo convocar
a los jóvenes para dar las instrucciones y para la entrega del rosario y la
guía para rezarlo (se sugiere hacer esta reunión la última semana de abril)
Instrucciones:
1.El equipo organizador
convoca a los jóvenes de la parroquia:
a.Cada equipo organiza el
medio de convocación y la dinámica para dar las instrucciones. (oracion
inicial, motivación, dinámica, explicación de la actividad, etc)
i.Tener en cuenta: las
fechas de inicio y de final de la cadena y comunicarla a los participantes.
ii.Convocar nuevamente a
los asistentes y a todos los jóvenes que hayan participado en la cadena para la
manifestación a favor de la vida.
iii.El equipo organizador
decide qué fecha, al final de mayo, convoca para la manifestación y la forma de
convocar (puede ser un volante dentro de la guía para rezar el rosario u otra
forma)
2.Se entrega a los jóvenes
convocados, un rosario y la guía para rezarlo (guía para rezar el rosario en defensa
de la vida).
3.Dar las instrucciones
para la cadena de oración por la vida
a.Cada uno de los jóvenes
asistentes deberá invitar a cuatro amigos suyos, para rezar juntos el rosario.
b.El rosario puede
rezarse en cualquier lugar que el grupo de amigos elija, pueden pedir permiso
al sacerdote para rezarlo en la capilla, o en la casa de alguno o en el parque,
o donde más les convenga.
c.Cada grupo de amigos
que reza el rosario deberá tomarse una foto durante el rosario y compartir en
las redes sociales etiquetando a la Pastoral Juvenil Diocesana de Yucatán (https://www.facebook.com/pjdyucatan,
(o por alguno de los medios Twitter: @pj_yucatan o instagram) y a todos sus
amigos, utilizando: #YoRezoXLaVida.
d.Al finalizar el rezo
del rosario, quien ha recibido el rosario deberá pasarlo a otro amigo para
continuar la cadena, dando las instrucciones que él mismo recibió. (invitar a cuatro amigos suyos para rezar
igualmente el rosario, formando así una cadena de oración, con la foto y el HT
para hacer tendencia la oración por la vida: #YoRezoXLaVida)
La cadena se deberá hacer
durante todo el mes de Mayo.
Al final del mes de mayo y un
día acordado por el equipo organizador se convoca a todos los
participantes de la cadena para concluirla y dar instrucciones para el
segundo momento.
PD.
Cada parroquia recibirá de parte de la PJ una cierta cantidad de rosarios para
la cadena con las guias para rezar el rosario juvenil. Se pide a los jóvenes
coordinadores del evento ponerse de acuerdo con su párroco o rector para los
rosarios que hagan falta.
SEGUNDO MOMENTO
MANIFESTACIÓN JUVENIL POR LA DEFENSA DE
LA VIDA HUMANA
Entre
los últimos dias de mayo, acordado con anticipación por el equipo organizador.
Se
pueden usar batucadas o equipo de sonido o algún otro medio que ayude a hacer
ruido para llamar la atención de la comunidad.
El equipo organizador convoca
a los jóvenes participantes del Rosario por la vida y a todos los jóvenes
de la parroquia para realizar una manifestación a favor de la vida.
Elaboran previamente una
agenda para la convocación:
a.Bienvenida,
b.Oración inicial,
c.Dinámica para
conocerse,
d.Explicación de la
actividad (motivo: preparar la manifestación),
e.Momento para decidir
qué actividad o cómo será la manifestación,
f.Punto de partida y de
llegada de la manifestación.
g.Organización del
evento: manifestación juvenil por la defensa de la vida humana.
h.Oracion final
i.Despedida.
Por medio de diversas
actividades propuestas por los mismos jóvenes o por el equipo organizador,
por ejemplo una caminata multitudinaria, la elaboración de boletines y
anuncios que se propaguen por sus centros pastorales, mantas o bardas
pintadas con grafiti, etc, donde se fomente la defensa de la vida (desde
la concepción hasta la muerte) los asistentes toman acuerdos para la manifestación.
Se podrán utilizar diversos
materiales como pueden ser lonas, mantas, estandartes, globos, carteles,
posters con imágenes o frases que promuevan la vida.
Concluir la marcha con una
fiesta a favor de la vida o con alguna película, por ejemplo “Bella” o
algún momento de oración en la paroquia o en algún lugar que el equipo
organice. Pueden apoyarse de la legion de Maria juvenil para dirigir un
rosario juvenil multitudinario por la vida.