En un mismo campo crece el trigo y la cizaña. La cizaña puede ahogar y lastimar al trigo, por lo que lo mas recomendable sería quitarla, arrancarla de raiz en todo el campo para que el trigo crezca sin ninguna dificultad.
Esto sería lo mas lógico de hacer, pero ¿qué es lo que Jesús nos dice al respecto? ¿Por qué si lo que se siembra es semilla de trigo, crece también la cizaña? ¿Por qué crecen juntos? ¿Debemos arrancar la cizaña? Entendamos la enseñanza de Jesus.
24Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
25Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
26Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña.
27Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?”
28El les dijo: “Un enemigo ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?”
29Pero él dijo: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30″Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.'” Mateo 13:24-30
La semilla buena, la de trigo es sembrada por Dios. Pero sabemos también que en este mundo el enemigo viene a robar, matar y destruir. El viene, y siembra cizaña junto al trigo, porque su propósito es destruir la obra que el sembrador, El Señor, quiere hacer.
El trigo aunque con dificultad puede seguir creciendo y madurando junto a la cizaña que trata de ahogarlo, es importante que la cizaña no se remueva. Porque como dice Jesús, al recoger la cizaña se corre el riesgo de arrancar también el trigo. Pudiera ser un trigo que todavía no madura bien y esta muy pegado a la cizaña. A simple vista los dos parecen igual, no hay mucha diferencia en la apariencia. Hay que esperar para ver el fruto.
Jesús nos advierte que esto sí sucede: en el mismo campo, junto a la semilla buena, el trigo, también crecerá la cizaña. Estos se reconocen por el fruto que producen, uno es dulce y el otro es amargo. Debemos dejar que crezcan juntos, y será al final de los tiempos que estos serán separados: la cizaña será atada en manojos para ser quemada y el trigo será llevado al granero del Señor.
Dios es todopoderoso, y lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Él es a quien la naturaleza obedece, y con una sola Palabra, Jesús puede convertir la misma cizaña en trigo para la honra y gloria de su nombre.
Permitamos que el trigo y la cizaña crezcan juntos, tal como Dios lo ha dispuesto. No nos aceleremos queriendo separar y sacar la cizaña, porque Dios y sus ángeles lo harán al final de los tiempos.
A nosotros solamente nos corresponde sembrar la semilla y regarla con oración, y es Dios Padre quién dará el crecimiento en su tiempo.
Que lindo es nuestro Dios.
ResponderEliminaralabado sea
ResponderEliminarme ayudo para una tarea xd👍
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