miércoles, 7 de noviembre de 2012

Orar con San Pablo.


Canción de avivamiento.




0.   Introducción.
San Pablo era hombre de oración, por eso recomendaba a sus seguidores: “Manténganse constantes en la oración” (Colosenses 4,2), “oren en todo momento” (1 Tesalonicenses 5,17) y “rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu” (Efesios 6,18). En estos pasajes podemos ver cuánta importancia atribuía Pablo a la oración, no sólo para sí mismo, sino para todos. Para él este era uno de los mejores medios para entender los misterios de Dios, y no sólo eso, sino también los misterios que solemos afrontar en la propia vida humana.
Por ejemplo, Pablo oraba por los colosenses para que Dios les hiciera “conocer plenamente su voluntad” y les diera “toda clase de sabiduría y entendimiento espiritual” (Colosenses 1,9), es decir, deseaba sinceramente que el conocimiento y la sabiduría que se pueden recibir en la oración diaria se volcaran en el diario vivir y convertirse en una fuerza motivadora que actuara en el alma de los fieles. Es un poder que nos lleva a “vivir de una manera digna del Señor” (1,10). Para el apóstol esta era la única manera de dar fruto para Dios y recibir su fortaleza y su poder.
En esta noche de oración vamos a orar con el apóstol para que podamos tener el proceso de conversión de él y así encontrarnos con Cristo.
Canción al Espíritu
1.   Con san Pablo Pedimos perdón.
Monitor: Necesitamos pedir perdón a Dios, pues todos somos pecadores. Nadie es absolutamente sin pecado. El pecado nos quita la amistad con Dios, y, por ello, al comenzar una oración, es muy conveniente meditar sobre nuestros pecados, sobre nuestras debilidades, y, humildemente, pedir al Señor que nos cubra con Su Misericordia.
Lector 1: san Pablo nos habla de lo maravilloso que es el perdón, poniendo toda su fuerza en el perdón de los hermanos, ya que Dios nos ha perdonado en Cristo.
Lector 2: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Efesios 4:32.
Lector 1: El amor misericordioso de Dios nos ha perdonado, es por eso que el perdón envuelve nuestra realidad humana. Esta realidad la tenemos en la casa, el sector y la parroquia. He perdonado a mi hermano? Alguien tiene quejas de mí? El apóstol nos dice que debemos amarnos y respetarnos en Cristo Jesús.
Lector 3: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados,
de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Colosenses 3:12-13
Lector 1: Dios nos ha perdonado sin reserva en su Hijo. Por tanto, es el momento del perdón. Pídele perdón a esa persona que has ofendido si esta aquí en el templo o piensa en ella si no lo está. Reconcíliate interiormente o personalmente si está aquí, para que ese amor de Dios dado en Cristo, llene todo tu Ser.
Monitor: Invita a darse el doble beso del Perdón (El beso santo o beso de la paz era habitual entre los cristianos (1 Co 16.20), mientras se canta: Perdóname dame tu amor o Hasta el Aire o Amemos de Corazón)
2.   Con san Pablo alabamos a Dios.
Monitor: Luego de reconocer nuestros pecados, podemos Alabar a Dios en su Grandeza, Alabarlo, Bendecirlo y Glorificarlo por sus perfecciones divinas. En efesios 5, 19: “Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón”. Escuchemos ahora este himno de alabanza de san Pablo:
Lector 1: Himno de la carta a los Efesios (Ef 1,3-10)
Lector 2: El apóstol ha unido magistralmente los dos momentos de la cercanía divina al hombre, pero no conviene olvidar que tal maravilla divina ha sido posible debido a la gracia inaudita de Dios Padre en Cristo, y que el hombre no habría podido intuir, sino Dios Padre no hubiera tomado la decisión de desvelarse en pJesús de Nazaret, Verbo de Dios. Él nos ha explicado quien es Dios para nosotros, y a la luz de sus gestos, palabras y acciones podamos contemplar nuestra dignidad en el aquí y ahora de nuestras vivencias, no exentas de tendencias ambiguas, dudas y zozobras.

Lector 3: Nuestra vida no está exentas de tendencias ambiguas, dudas y zozobras, a veces creemos que no podremos continuar. San Pablo nos dice: «Luchad conmigo» (Rom. 15,30). A pesar de las adversidades debemos alabar a Dios, para que podamos decir con Pablo: He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida” (2 Timoteo 4, 7-8)

Monitor: invita a alabar a Dios con su interior con una canción de alabanza. Luego a una alabanza más efusiva con la canción: Alabaré a mi señor. Pueden levantar los brazos, ponerse de rodillas, todo como el Espíritu inspire.

3.   Con san Pablo damos gracias a Dios
Monitor: Es significativa en las cartas de San Pablo la presencia abundante de la acción de gracias: todas las cartas excepto Gálatas y Tito comienzan con una oración de acción de gracias (1 Tes. 1,2; 2,13; 2  Tes. 1,3; Rom. 1,8; 1 Cor. 1,4; Col. 1,3; Ef. 1,16; Fil. 1, 3-4; Flm. 4;2 Tim. 1,3). Ella nos testimonia que -a pesar de las innumerables deficiencias que Pablo detecta en sus comunidades- es capaz de percibir los signos positivos de conversión, de vida cristiana, de crecimiento; y es capaz de descubrir, tras esos signos, la acción amorosa y benevolente del Padre que ha derramado su gracia desbordante en sus cristianos.
Lector 3: Pablo da gracias a Dios por la obra de la redención, por la elección y predestinación a ser hijos de Dios... La fe, el amor mutuo, la esperanza constituyen el motivo más frecuente de la gratitud de Pablo: ellas ponen al hombre en contacto con Dios, le levantan a un nivel nuevo de existencia, y Pablo da gracias por ello como el máximo beneficio otorgado por Dios. Escuchemos este cántico donde damos gracias a Dios por favores recibidos:
Lector 1: Cántico de la carta a los colosenses (1,12-20)

Lector 2: A continuación, podemos poner nuestra mirada en la multitud de razones que tenemos para dar gracias a Dios. Basta mirarnos nosotros, a nuestro alrededor, para reconocer la necesidad de dar gracias por tantos regalos recibidos de parte de este Padre que nos Ama.

Monitor: Tres personas espontáneamente que den gracias a Dios en nombre de toda la comunidad. Después de las tres personas, cantamos demos gracias a Dios.

4.   Con san Pablo recibimos la Eucaristía:

Monitor: Hermanos después de esta acción de gracias, necesitamos recibir el alimento que fortalecía a Pablo para la misión, la Eucaristía. Alimento que nos fortalece y que nos ayuda a seguir hacia adelante.

El diácono empieza el Padre Nuestro y la celebración sigue como está en el misal.

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