Canción de avivamiento.
0. Introducción.
San Pablo era hombre de oración, por
eso recomendaba a sus seguidores: “Manténganse constantes en la oración”
(Colosenses 4,2), “oren en todo momento” (1 Tesalonicenses 5,17) y “rueguen y
pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu” (Efesios 6,18). En estos pasajes
podemos ver cuánta importancia atribuía Pablo a la oración, no sólo para sí
mismo, sino para todos. Para él este era uno de los mejores medios para
entender los misterios de Dios, y no sólo eso, sino también los misterios que
solemos afrontar en la propia vida humana.
Por ejemplo, Pablo oraba por los
colosenses para que Dios les hiciera “conocer plenamente su voluntad” y les
diera “toda clase de sabiduría y entendimiento espiritual” (Colosenses 1,9), es
decir, deseaba sinceramente que el conocimiento y la sabiduría que se pueden
recibir en la oración diaria se volcaran en el diario vivir y convertirse en
una fuerza motivadora que actuara en el alma de los fieles. Es un poder que nos
lleva a “vivir de una manera digna del Señor” (1,10). Para el apóstol esta era
la única manera de dar fruto para Dios y recibir su fortaleza y su poder.
En esta noche de oración vamos a orar con el apóstol
para que podamos tener el proceso de conversión de él y así encontrarnos con
Cristo.
Canción al Espíritu
1.
Con san Pablo Pedimos perdón.
Monitor: Necesitamos
pedir perdón a Dios, pues todos somos pecadores. Nadie es absolutamente sin
pecado. El pecado nos quita la amistad con Dios, y, por ello, al comenzar una
oración, es muy conveniente meditar sobre nuestros pecados, sobre nuestras
debilidades, y, humildemente, pedir al Señor que nos cubra con Su Misericordia.
Lector 1: san Pablo nos habla de lo
maravilloso que es el perdón, poniendo toda su fuerza en el perdón de los
hermanos, ya que Dios nos ha perdonado en Cristo.
Lector 2: “Antes sed benignos unos con
otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó
a vosotros en Cristo”. Efesios 4:32.
Lector 1: El amor misericordioso de
Dios nos ha perdonado, es por eso que el perdón envuelve nuestra realidad
humana. Esta realidad la tenemos en la casa, el sector y la parroquia. He
perdonado a mi hermano? Alguien tiene quejas de mí? El apóstol nos dice que
debemos amarnos y respetarnos en Cristo Jesús.
Lector 3: “Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados,
de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Colosenses 3:12-13
de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Colosenses 3:12-13
Lector 1: Dios nos ha perdonado sin
reserva en su Hijo. Por tanto, es el momento del perdón. Pídele perdón a esa
persona que has ofendido si esta aquí en el templo o piensa en ella si no lo
está. Reconcíliate interiormente o personalmente si está aquí, para que ese
amor de Dios dado en Cristo, llene todo tu Ser.
Monitor: Invita a darse el doble beso
del Perdón (El beso santo o beso de
la paz era habitual entre los cristianos (1 Co 16.20), mientras se canta:
Perdóname dame tu amor o Hasta el Aire o Amemos de Corazón)
2.
Con san Pablo alabamos a
Dios.
Monitor: Luego
de reconocer nuestros pecados, podemos Alabar a Dios en su Grandeza, Alabarlo,
Bendecirlo y Glorificarlo por sus perfecciones divinas. En efesios 5, 19: “Anímense
unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al
Señor con el corazón”. Escuchemos ahora este himno de
alabanza de san Pablo:
Lector 1: Himno de la carta a los Efesios (Ef 1,3-10)
Lector 2: El apóstol ha unido magistralmente los dos momentos de
la cercanía divina al hombre, pero no conviene olvidar que tal maravilla divina
ha sido posible debido a la gracia inaudita de Dios Padre en Cristo, y que el
hombre no habría podido intuir, sino Dios Padre no hubiera tomado la decisión
de desvelarse en pJesús de Nazaret, Verbo de Dios. Él nos ha explicado quien es
Dios para nosotros, y a la luz de sus gestos, palabras y acciones podamos
contemplar nuestra dignidad en el aquí y ahora de nuestras vivencias, no
exentas de tendencias ambiguas, dudas y zozobras.
Lector
3: Nuestra vida no está
exentas de tendencias ambiguas, dudas y zozobras, a veces creemos que no
podremos continuar. San Pablo nos dice: «Luchad
conmigo» (Rom. 15,30). A pesar de las adversidades debemos alabar a Dios, para
que podamos decir con Pablo: “He peleado la
buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por
lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me
otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor
hayan esperado su venida” (2 Timoteo 4, 7-8)
Monitor: invita a alabar a Dios con su interior con
una canción de alabanza. Luego a una alabanza más efusiva con la canción:
Alabaré a mi señor. Pueden levantar los brazos, ponerse de rodillas, todo como
el Espíritu inspire.
3.
Con san Pablo damos gracias a
Dios
Monitor: Es significativa en las
cartas de San Pablo la presencia abundante de la acción de gracias: todas las
cartas excepto Gálatas y Tito comienzan con una oración de acción de gracias (1
Tes. 1,2; 2,13; 2 Tes. 1,3; Rom. 1,8; 1 Cor. 1,4; Col. 1,3; Ef. 1,16;
Fil. 1, 3-4; Flm. 4;2 Tim. 1,3). Ella nos testimonia que -a pesar de las
innumerables deficiencias que Pablo detecta en sus comunidades- es capaz de
percibir los signos positivos de conversión, de vida cristiana, de crecimiento;
y es capaz de descubrir, tras esos signos, la acción amorosa y benevolente del
Padre que ha derramado su gracia desbordante en sus cristianos.
Lector 3: Pablo da gracias a Dios por la obra de la redención, por
la elección y predestinación a ser hijos de Dios... La fe, el amor mutuo, la
esperanza constituyen el motivo más frecuente de la gratitud de Pablo: ellas
ponen al hombre en contacto con Dios, le levantan a un nivel nuevo de
existencia, y Pablo da gracias por ello como el máximo beneficio otorgado por
Dios. Escuchemos este cántico donde
damos gracias a Dios por favores recibidos:
Lector
1: Cántico de la carta a los
colosenses (1,12-20)
Lector 2: A continuación, podemos
poner nuestra mirada en la multitud de razones que tenemos para dar gracias a
Dios. Basta mirarnos nosotros, a nuestro alrededor, para reconocer la necesidad
de dar gracias por tantos regalos recibidos de parte de este Padre que nos Ama.
Monitor: Tres personas
espontáneamente que den gracias a Dios en nombre de toda la comunidad. Después
de las tres personas, cantamos demos gracias a Dios.
4. Con san Pablo recibimos la Eucaristía:
Monitor: Hermanos después de esta
acción de gracias, necesitamos recibir el alimento que fortalecía a Pablo para
la misión, la Eucaristía. Alimento que nos fortalece y que nos ayuda a seguir
hacia adelante.
El diácono empieza
el Padre Nuestro y la celebración sigue como está en el misal.
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