Los carismas según san Pablo. Aproximación a nuestra realidad
Los Carismas
Etimología: del griego, charis+ma.
Char: algo que causa felicidad. Charis: conceder gracia,
favor gratuito de Dios.
Ma: es el objeto y el resultado de una acción.
"charisma": el
resultado de haber recibido el charis (don de Dios).
Los carismas son:
- Sobrenaturales concedidos
por Dios a determinadas personas. Aunque se le atribuyen sobre todo al
Espíritu Santo, son igualmente don del Padre y del Hijo.
- Son un don para la Iglesia. Aunque
ya existían en el Antiguo Testamento, Dios los concede de forma
incomparable en la Iglesia, por los méritos de Cristo.
- Para el bien común.
Concedidos para servir en la edificación de la Iglesia. Sus efectos se
manifiestan en favor de los miembros del cuerpo en función del amor. Son
útiles para la misión y por lo tanto no son ni privados (para uso egoísta,
personal), ni son superfluos.
- No son requisitos para la
salvación personal como lo es la gracia santificante. No
es mas santo el que tenga mayores carismas. Pero si es verdad que los
santos se caracterizan por el buen uso de los carismas porque los ponen al
servicio de la Iglesia motivados por el amor.
- El Espíritu Santo los concede a
quien quiere y cuando quiere. (1 Cor 12,11). Se
encuentran en todo tiempo y lugar.
- Son dones transitorios.
El Espíritu Santo los da y los quita según su beneplácito; son pasajeros
respecto a las virtudes teologales que son permanentes y sobre todo, con
relación a la caridad que no disminuye; poseen, sin embargo, una cierta
estabilidad que hace que el hombre dotado habitualmente del carisma
profético sea llamado profeta.
- Son valorados por su grado de
utilidad; en cuanto mas útiles para edificar la Iglesia.
- Es bueno pedirlos
si lo hacemos por amor a la Iglesia, para servirla (1 Cor 14, 27)
- Jamás podrían adquirirse ni ser
previstos con las fuerzas humanas.
- El carisma brota con formas
nuevas. Por eso le incumbe al ministerio jerárquico la
delicada tarea de examinar y cultivar los carismas que nacen continuamente
en el seno del pueblo de Dios. Hacer aflorar nuevas modalidades de
carismas, favorecer las concreciones institucionales de estos y velar para
que se mantengan vivos, insertándolos adecuadamente en la vida de la
Iglesia.
Por su naturaleza, los
carismas son comunicativos, y hacen nacer aquella "afinidad espiritual
entre las personas"
y aquella amistad en Cristo que da origen a los "movimientos". (cf. Christifideles laici, 24)
y aquella amistad en Cristo que da origen a los "movimientos". (cf. Christifideles laici, 24)
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